Frases tales como "antes muerta que sencilla" o "ser una del montón", dejan claro que a todos(as) nos gusta ser un poco diferentes, tener un punto especial. Comencé a pintar la ropa a mi gusto para salir de la aparente uniformidad de las prendas que compramos en cualquier tienda, lo que ahora se mal llama customizar, o correctamente, personalizar.
Hace años una compañera de trabajo, que me había visto con mis pantalones pintados, me pidió un favor: se le había caído una gota de lejía en su pantalón nuevo y me preguntó si lo podía salvar ya que le gustaba mucho. La mancha era muy pequeña y con pintar una hoja de roble el problema estaba resuelto, mi amiga quedó tan encantada que me dijo que se iba a ir de tiendas para buscar una camiseta a juego (una excusa como otra cualquiera para irse de compras), sin embargo, no me podía hacer un cumplido mejor.
He usado el diseño de las hojas de arboles más a menudo, y de vez en cuando surge una cara entre las hojas, una imagen que los ingleses llaman "greenman".
Según se teja la seda, se pueden obtener los siguientes tipos de tejidos:
(*) Gusano tasar: que se cría en libertad en la llamada sericultura silvestre o forestal, comiendo hojas distintas de la de morera, y que agrupa a diferentes especies.
Para que los colores vuelvan a ser vivos, se recomienda añadir algo de vinagre incoloro en el último aclarado. Es conveniente que las telas no se toquen entre sí para que los colores no puedan pasar de unas a otras. Recomiendo poner la seda en una toalla para quitarle la humedad y planchar inmediatamente. En el caso de una blusa conviene poner una toalla entre las capas para que no traspase el color. Pueden limpiarse en seco con precaución excepto las piezas con colores metálicos.
Para secar la seda no se debe escurrir, ni retorcer, ni usar secadora. Un buen método para secarla es escurrirla entre dos toallas, dejándola secar al aire horizontalmente. En el caso de sedas pintadas con pintura al vapor hay que evitar que las telas se toquen entre sí a la hora de secarse ya que pueden desteñir.
La seda se plancha mejor estando aún ligeramente húmeda. Debe plancharse a temperatura media (entre 100 y 160ºC), sin presionar demasiado y durante tiempo no muy prolongado.
La seda debe guardarse enrollada en lugar de doblada para que las fibras no sufran en el pliegue y así no se lleguen a romper. De igual forma, al usar pañuelos de seda, hay que evitar apretar demasiado los nudos.
Si se va a almacenar durante mucho tiempo, debe protegerse de la luz y los insectos. Se puede guardar enrollada en un tubo en un sitio seco y fresco, evitando usar bolsas de plástico ya que le impiden respirar.
La seda es una fibra contínua, fina y lustrosa que, durante siglos, ha sido considerada la reina de las fibras: en tiempos pasados hubo períodos en los cuales la seda, debido a su rareza, se consideraba un artículo de lujo muy cotizado.
Las fibras de seda tienen una sección transversal triangular con esquinas redondeadas. Esto refleja la luz en diferentes ángulos, dando a la seda un brillo especial.
Tiene una textura suave y lisa, no resbaladiza, a diferencia de las fibras sintéticas.
Reúne una combinación única de propiedades que no posee ninguna otra fibra: tacto seco, brillo natural, buena absorción de la humedad, buenas cualidades de caída, alta resistencia, hipoalergénica.
La seda es una de las fibras naturales más fuertes, pero pierde hasta el 20% de su fuerza cuando está húmeda. Se dice que un cable de seda del grosor de un lápiz sería capaz de detener a un Boeing 747 en pleno vuelo.
Su elasticidad va desde moderada a pobre: si se estira más allá de un cierto límite de fuerza, tarda un tiempo en recuperar su forma previa.
Es un tejido sensible a la luz solar, pudiéndose debilitar su estructura si se expone mucho al Sol. También es especialmente vulnerable a la acción de los insectos, sobre todo las polillas, si está sucia.
En contacto con la piel produce una sensación de calor desde el primer momento; la caída es mejor que la de cualquier otra fibra; resiste los ácidos pero no lo alcalinos fuertes: el cloro la daña, se blanquea con agua oxigenada.
La seda es un tejido natural muy duradero siempre que se cuide adecuadamente.