Frases tales como "antes muerta que sencilla" o "ser una del montón", dejan claro que a todos(as) nos gusta ser un poco diferentes, tener un punto especial. Comencé a pintar la ropa a mi gusto para salir de la aparente uniformidad de las prendas que compramos en cualquier tienda, lo que ahora se mal llama customizar, o correctamente, personalizar.

hojaHace años una compañera de trabajo, que me había visto con mis pantalones pintados, me pidió un favor: se le había caído una gota de lejía en su pantalón nuevo y me preguntó si lo podía salvar ya que le gustaba mucho. La mancha era muy pequeña y con pintar una hoja de roble el problema estaba resuelto, mi amiga quedó tan encantada que me dijo que se iba a ir de tiendas para buscar una camiseta a juego (una excusa como otra cualquiera para irse de compras), sin embargo, no me podía hacer un cumplido mejor.

He usado el diseño de las hojas de arboles más a menudo, y de vez en cuando surge una cara entre las hojas, una imagen que los ingleses llaman "greenman".

Según se teja la seda, se pueden obtener los siguientes tipos de tejidos:

  • Pongé, pongée o habotai: en el telar casero chino, denominado pen-shi, de ahí su nombre, se confeccionaba una tela de seda de mediana calidad. En Europa, el pongé es un tafetán de seda: un tejido blanco, ligero y un poco brillante, de trama simple y peso variable, textura lisa y tupido. Asequible y suave, el vapor y el lavado en seco mejoran su brillo y su tacto. Es el más común para pintar y tiene una buena relación calidad precio.
  • Bourrette, seda rústica o borras de seda: tipo de seda de mayor gramaje, resistente, granulosa, basta y sin brillo. Se puede pintar una vez desengomada y blanqueada. Se usa para indumentaria o batiks africanos.
  • Shantung o seda cruda: tejido de seda del gusano tasar (*), con ligamento tafetán, que toma su nombre de la provincia china de donde es originario.
  • Crepé de Chine: del latín crispus, es decir; ensortijado o rizado. Es un tejido de seda cuya urdimbre está más retorcida que la trama, lo que le confiere un característico aspecto estriado. Su superficie es arrugada y mate y conviene lavar antes una muestra para comprobar si encoge o se arruga.
  • Crepé georgette: tiene un aspecto estriado. Su superficie es arrugada y mate y conviene lavar antes una muestra para comprobar si encoge o se arruga.
  • Dupion: seda natural del gusano tasar (*), brillante, de color crudo, textura basta y rígida con hilos irregulares que dificultan el tinte. Se usa para cortinas, mantillas y vestidos de ceremonia.
  • Organza: tipo de seda con ligamento tafetán ligera y con trama abierta. Tiene poca caída y mucho apresto debido a que su filamento conserva la sericina.
  • Muaré o moaré: del francés moiré. Tejido que da la impresión de llevar marcas de agua, efecto que se obtiene al someterlo a presión por medio de cilindros grabados con el dibujo que se quiere obtener.
  • Twill: tejido de sarga, seda muy suave, de trama muy tupida, muy resistente. Muy popular en la época del Modernismo.
  • Satén, satín o raso: del francés satin, del italiano satino y éstos del bajo latín seta, seda, serica, pelo de seda. El satén se teje en seda, de tacto grueso y suave, su aspecto es de un brillo comparable sólo a algunos terciopelos.
  • Crepé satín: el crepé satín muestras las características del satin por un lado y las del crepé por el otro. Tiene una gran caída lo que hace que sea un tejido ideal para pañuelos, fulares y vestimenta.
  • Gasa: de Gaza, ciudad de Siria. Transparencia muy ligera, sutil, fina y de gran suavidad, caracterizada por la poca densidad de los hilos de urdimbre y trama. No se debe escurrir y se plancha a baja temperatura, cuando esté casi seca.
  • Jacquard: las telas están tejidas formando dibujos. Debe su nombre al fabricante francés Joseph Marie Jacquard, que a principios del siglo XIX inventó un telar con el que se pueden realizar tejidos de dibujos sumamente elaborados con gran facilidad e incluso de distintos colores. Se usó para brocados y damascos.

(*) Gusano tasar: que se cría en libertad en la llamada sericultura silvestre o forestal, comiendo hojas distintas de la de morera, y que agrupa a diferentes especies.

Lavado

Las sedas ya pintadas pueden lavarse a mano, en agua fría, sin frotar y sin retorcer, con detergentes para seda y lana. Es conveniente no permitir que se ensucien demasiado para poder limpiarlas con un lavado ligero. No deben dejarse en remojo. Es normal que en los primeros lavados destiñan un poco: es la pintura sobrante que la tela no ha podido absorber.

Para que los colores vuelvan a ser vivos, se recomienda añadir algo de vinagre incoloro en el último aclarado. Es conveniente que las telas no se toquen entre sí para que los colores no puedan pasar de unas a otras. Recomiendo poner la seda en una toalla para quitarle la humedad y planchar inmediatamente. En el caso de una blusa conviene poner una toalla entre las capas para que no traspase el color. Pueden limpiarse en seco con precaución excepto las piezas con colores metálicos.

Secado

Para secar la seda no se debe escurrir, ni retorcer, ni usar secadora. Un buen método para secarla es escurrirla entre dos toallas, dejándola secar al aire horizontalmente. En el caso de sedas pintadas con pintura al vapor hay que evitar que las telas se toquen entre sí a la hora de secarse ya que pueden desteñir.

Planchado

La seda se plancha mejor estando aún ligeramente húmeda. Debe plancharse a temperatura media (entre 100 y 160ºC), sin presionar demasiado y durante tiempo no muy prolongado.

Almacenaje

La seda debe guardarse enrollada en lugar de doblada para que las fibras no sufran en el pliegue y así no se lleguen a romper. De igual forma, al usar pañuelos de seda, hay que evitar apretar demasiado los nudos.

Si se va a almacenar durante mucho tiempo, debe protegerse de la luz y los insectos. Se puede guardar enrollada en un tubo en un sitio seco y fresco, evitando usar bolsas de plástico ya que le impiden respirar.

La seda es una fibra contínua, fina y lustrosa que, durante siglos, ha sido considerada la reina de las fibras: en tiempos pasados hubo períodos en los cuales la seda, debido a su rareza, se consideraba un artículo de lujo muy cotizado.

Las fibras de seda tienen una sección transversal triangular con esquinas redondeadas. Esto refleja la luz en diferentes ángulos, dando a la seda un brillo especial.

Tiene una textura suave y lisa, no resbaladiza, a diferencia de las fibras sintéticas.

Reúne una combinación única de propiedades que no posee ninguna otra fibra: tacto seco, brillo natural, buena absorción de la humedad, buenas cualidades de caída, alta resistencia, hipoalergénica.

La seda es una de las fibras naturales más fuertes, pero pierde hasta el 20% de su fuerza cuando está húmeda. Se dice que un cable de seda del grosor de un lápiz sería capaz de detener a un Boeing 747 en pleno vuelo.

Su elasticidad va desde moderada a pobre: si se estira más allá de un cierto límite de fuerza, tarda un tiempo en recuperar su forma previa.

Es un tejido sensible a la luz solar, pudiéndose debilitar su estructura si se expone mucho al Sol. También es especialmente vulnerable a la acción de los insectos, sobre todo las polillas, si está sucia.

En contacto con la piel produce una sensación de calor desde el primer momento; la caída es mejor que la de cualquier otra fibra; resiste los ácidos pero no lo alcalinos fuertes: el cloro la daña, se blanquea con agua oxigenada.

La seda es un tejido natural muy duradero siempre que se cuide adecuadamente.

ejemplos de seda teñida o shibori

ejemplos de seda pintada a mano

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