Todos hemos dibujado en el colegio: al principio dibujamos para divertirnos, para contar cosas, después dibujamos en la escuela aprendiendo perspectiva, dibujo técnico, caligrafía, ... y casi todos lo dejamos a la vez que el colegio,
yo no soy una excepción.
Habría abandonado por completo el dibujo y quizás también la pintura, pero en la asociación artística de mi pueblo anunciaron un fin de semana de “dibujo de desnudos con modelo”. Me interesó el tema y tampoco tenía otros planes, de manera que me apunté y me di cuenta de cuánto me gusta dibujar.
Todo lo que hago se basa en el dibujo, pero son los niños los que me hacen dibujar durante horas y guardo con mucho cariño los dibujos que me han regalado mis sobrinos y las hijas de una amiga. Por cierto, una de ellas me ha entregado un dibujo que ha hecho especialmente con la petición de realizarlo como fular en seda.
El dibujo a lápiz es la base de todo lo que hago y es necesario entrenar contínuamente para perfeccionar la técnica.